Lechazo de Aranda y Hoces del Duraton
Voy a continuar tirando de histórico, ya que aún no he sido capaz de salir con la moto en lo que llevamos de año. -Al menos a fecha de cuando comienzo a escribir estas líneas, aunque espero hacerlo cuanto antes- Y ya vamos mediando Febrero :'(
Cabe destacar que esta crónica solo contemplará apenas unos retazos de lo que resultó la escapada de fin de semana realizada en Octubre'16 con los amigos del club YBR. En mi caso, convencido por la idea de degustar y probar por primera vez el típico lechazo de Aranda. No tenía escapatoria.
A medio día debía estar, por la cuenta que me traía, en la localidad burgalesa de Milagros. -Cerca de Aranda de Duero, por si te sitúas mejor en el mapa-. Esto queda a unas 4 horas, o unos 350 kilómetros, enteramente por autovía, lo que por supuesto quedaba descartado. Algún tramo tocaría hacer para llegar a tiempo, pero procuré, como es mi norma, escaparme por secundarias o terciarias lo máximo posible.
Cabe destacar que esta crónica solo contemplará apenas unos retazos de lo que resultó la escapada de fin de semana realizada en Octubre'16 con los amigos del club YBR. En mi caso, convencido por la idea de degustar y probar por primera vez el típico lechazo de Aranda. No tenía escapatoria.
A medio día debía estar, por la cuenta que me traía, en la localidad burgalesa de Milagros. -Cerca de Aranda de Duero, por si te sitúas mejor en el mapa-. Esto queda a unas 4 horas, o unos 350 kilómetros, enteramente por autovía, lo que por supuesto quedaba descartado. Algún tramo tocaría hacer para llegar a tiempo, pero procuré, como es mi norma, escaparme por secundarias o terciarias lo máximo posible.
Siempre que puedo, suelo evitar pasar por la marabunta del tráfico del área metropolitana de Madrid, no es por nada, solo que soy de la opinión que cuanta más gente haya, más probabilidad de dar con un imbécil que te la lie, tienes. Esta vez me tocó hacer de tripas corazón, y entrando por la autovía de Toledo, rodeé la capital por la M-50 hasta cruzar la sierra por el puerto de Navacerrada y Cotos, a continuación. Éste último desconocido para mí y donde paré a cambiar la hoja de instrucciones de ruta, -te recuerdo que no tengo gps y voy a la antigua usanza :) acepto regalos- flipar con la de gente que había y tomar algo para dejar marchar la fila de coches que me precedía. Encontré muchísimo tráfico hasta este punto, donde se encuentra el acceso a Peñalara y la estación de Valdesqui.
En esta ocasión, para no estropear mis estadísticas, creo recordar haber contado media docena de prisillas que llegarían tarde a algún sitio, y otro par de hijos de puta, jugando a carreras, o algo peor, sin el menor remordimiento con quién los rodea.
En esta ocasión, para no estropear mis estadísticas, creo recordar haber contado media docena de prisillas que llegarían tarde a algún sitio, y otro par de hijos de puta, jugando a carreras, o algo peor, sin el menor remordimiento con quién los rodea.
Descendiendo Cotos, ya casi en solitario, hacia el Monasterio de El Paular, me encontraba disfrutando tanto del entorno, la carretera y la moto que preferí rodar el tramo y disfrutar del momento a detenerme a fotografiarlo, y no trocar la magia por las matemáticas de la instantánea. Era otoño, y la vegetación que me rodeaba daba inicio a tornar su tonalidad a ocres y tostados creando en algunos puntos verdaderos lugares mágicos.
El momento zen me acompañó hasta la localidad de Rascafría, tras la cual, de vuelta a las carreteras del mundo real avanzaría en busca de Lozoya, donde debía tomar la carretera que asciende al Puerto de Navafría. Por aquí de nuevo volvieron a aparecer las estrecheces y como no, tropecientas motos de la marca de la hélice. Alcancé un cacharro viejo que generaba un humo mas negro que el pelo de kuntakinte, y dado que aún no había desempolvado la cámara, en lugar de adelantarlo, me detuve en el primer apartadero que encontré. Del cual, son la serie mostrada hasta el momento.
Me uní a un trío de motos que pasaba, a ritmo tranquilito, en el momento de echar a andar, y que acompañé hasta Navafría, donde les dejé. De nuevo en solitario, restaba recorrer la N-110 hasta dar con la A-1 que me conduciría a Milagros, donde ya estaban algunos de mis compañeros.
Tras descargar bultos en la habitación del hotel, repostar, saludar y macizar hasta la altura de las tetas de lechal asado, entre otras riquísimas pitanzas, este cuelpo que tengo que abastecer, daríamos comienzo una rutita por la tarde para no desaprovechar el viaje.
Tras descargar bultos en la habitación del hotel, repostar, saludar y macizar hasta la altura de las tetas de lechal asado, entre otras riquísimas pitanzas, este cuelpo que tengo que abastecer, daríamos comienzo una rutita por la tarde para no desaprovechar el viaje.
Jarote, el organizador del evento, propuso un par de visitas para emplear la tarde, inspirado en una de las entradas de este humilde blog. Concretamente esta: www.recorriendoenmoto.es en la vuelta de burgos en la que contaba uno de mis periplos por esta zona.
En esta ocasión, la primera visita me resultaba desconocida por completo.
La Hoz del río Riaza, protegida como Parque Natural se localiza en el nordeste de la provincia de Segovia, ya muy próximo al límite con la de Burgos. Uno de sus atractivos radica en el valle excavado por el río, encajado en las rocas calizas formando un cañón calcáreo de hasta 150 metros de profundidad y entre 200 y 300 de anchura.
En esta ocasión, la primera visita me resultaba desconocida por completo.
La Hoz del río Riaza, protegida como Parque Natural se localiza en el nordeste de la provincia de Segovia, ya muy próximo al límite con la de Burgos. Uno de sus atractivos radica en el valle excavado por el río, encajado en las rocas calizas formando un cañón calcáreo de hasta 150 metros de profundidad y entre 200 y 300 de anchura.
Otro de su atractivo, al menos para mí, es la diversidad paisajistica fuera y dentro del cañón. De hecho, nada hace presagiar que ahí hay un cañón más allá de unos cientos de metros. Rodando por un páramo típicamente estepario, con vegetación típica de un clima seco, el fondo del valle mantiene un soto fluvial de gran belleza, antítesis total a lo percibido.
Aunque creo que el Parque Natural es debido al asentamiento de una rica comunidad de aves de roquedo, que la presencia de cortados calizos del cañón, pródigos en repisas y oquedades de los más variados tamaños, propicia como perfecto hábitat. Por otra parte, el embalse de Linares del Arroyo se convierte todos los años en área para la invernada de diversas especies de aves acuáticas.
Sin embargo, las fotos publicitarias más espectaculares, pertenecen al impresionante viaducto que atraviesa las hoces, de la línea de ferrocarril de Madrid a Irún. Ignoro si en uso aún.
Pese a que el camino está asfaltado, el paso se encuentra cortado por una barrera y prohibido al paso de vehículos, lo cual veo del todo correcto. Para disfrutar de este entorno, no queda más que un buen paseo cuesta abajo, que acaba en la base del muro de la presa del pantano de Linares que se erguirá ante vosotros, gris en toda su inmensidad. Algunos miembros de la comitiva, entre los que me incluyo, por diversos motivos, no llegamos a bajar y esperamos al resto a media altura.
A continuación, la visita a Maderuelo era un reclamo inexcusable. Como apunté un poco mas atrás, ya conocía esta localidad, por lo que estando muy mal por mi parte, como si ya hubiera advertido todos los detalles, obvié la pasada fotográfica, y apenas hice un par de ellas. En la otra entrada hay algunas si sientes curiosidad...
Por lo pronto, le han puesto banderitas a la portada principal. En mi opinión, deberían disimular los cables de la luz que le quedan como dos pistolas a un cristo. Se notaba que era fin de semana, por los visitantes y el sable que me metió el del bar...
Tenía entendido que los despertares en el campo eran con el canto del gallo, pero se ve que aquí se estilan otros bichos voladores ;p. Esta preciosidad estaba en el balcón que hacía de pasillo a nuestras habitaciones, vigilando que cerrásemos con llave.
Bromas aparte, para el regreso a casa el domingo, me preparé una buena, de las de desengrasar, con incluso algún tramo de pista. No diré que no pisé autovía porque sería mentira. Exactamente fueron los 3,5 kilómetros que había hasta la primera salida, a la primera carretera sin líneas centrales que encontré. Ésta conduce hacia Fuentenebro (133 habitantes), Aldehorno (57 habitantes), Aldeanueva de la Serrezuela (54 habitantes)... queda claro que me van las aglomeraciones, ¿no? En estos sitios, la gente te saluda al pasar.
Bromas aparte, para el regreso a casa el domingo, me preparé una buena, de las de desengrasar, con incluso algún tramo de pista. No diré que no pisé autovía porque sería mentira. Exactamente fueron los 3,5 kilómetros que había hasta la primera salida, a la primera carretera sin líneas centrales que encontré. Ésta conduce hacia Fuentenebro (133 habitantes), Aldehorno (57 habitantes), Aldeanueva de la Serrezuela (54 habitantes)... queda claro que me van las aglomeraciones, ¿no? En estos sitios, la gente te saluda al pasar.
Además son unos cachondos y miden como quieren, o por aquí no pasa ni Dios y no se ha dado cuenta nadie, pero la altitud me parece algo optimista, por decirlo de alguna forma.
Ascendí el Alto de la Serrezuela, que me lo encontré recién asfaltado, y que sirve de primera barrera orográfica entre el campo de Aranda o la comarca de la Rivera del Duero y la comarca de La Villa y Tierra de Sepúlveda que ojeé a continuación.
Ascendí el Alto de la Serrezuela, que me lo encontré recién asfaltado, y que sirve de primera barrera orográfica entre el campo de Aranda o la comarca de la Rivera del Duero y la comarca de La Villa y Tierra de Sepúlveda que ojeé a continuación.
En estas cimas especiales, me gusta detenerme para mirar atrás y decir un Hasta Luego, a la espera de la siguiente oportunidad para intentar, al menos, acercarme y conocer la historia que atesoran estos páramos.
Como muestra un botón, despliego todo el zoom que me permite la cámara para intentar identificar lo que parecen los restos de algún castillo apostado en la cresta de la elevación. Ahora mirando fotos con el mapa en la mano, concluyo que se trata de la población burgalesa de Haza, digna de una revisión, sin duda. Que hay vida mas allá de las guías comerciales.
Saltada la sierra, no tardan mucho en seguir surgiendo a mi paso las sorpresas, si bien, las pequeñitas poblaciones o aldeas que he cruzado, podrían albergar alguna foto interesante, es en esta, Navares de las Cuevas, donde no puedo dejar de parar a curiosear las ruinas de lo que parece un palacio y que atesora.
Por lo que leo, el palacio del Marqués de Revilla, que así se denomina a lo que queda de él, es el edificio clasicista más importante de la comarca. Fue mandado construir en el último cuarto del siglo XVI por Don Cristóbal de Barros y Peralta, mandatario influyente de la corte de Felipe II.
A los lados de la puerta y ventanas principales se encuentran los escudos con las armas del linaje de don Cristóbal de Barros y Peralta, primer señor laico de Navares de las Cuevas. La tradición se refiere también a este edificio como palacio de Dª Urraca, reina de Castilla y mujer del rey de Aragón Alfonso I el Batallador. Posiblemente la reina residió ocasionalmente en el pueblo.
Al menos desde mediados del siglo XVIII, el señorío de Navares y, por tanto, el palacio, pasó a ser propiedad de los marqueses de Revilla.
Al menos desde mediados del siglo XVIII, el señorío de Navares y, por tanto, el palacio, pasó a ser propiedad de los marqueses de Revilla.
En el parque de enfrente, queda la Iglesia de San Mamés. De origen románico, construida a finales del siglo XI o principios del XII, época de la que se conserva el ábside. En el siglo XVIII se amplió quedando de la forma actual.
Y más o menos a media distancia de ambos, iglesia y palacete, por lo que sería el centro de una hipotética antigua plaza, tenemos el rollo jurisdiccional, lo que indica, aparte del palacio, que este pueblo tuvo cierta importancia en la comarca.
El rollo de Navares es una sencilla columna poligonal que se levanta sobre una basa con perfil de gola en el centro de una tosca grada de piedra. Es posible que falte algún elemento de remate, pero por su aspecto ha de ser uno de los más antiguos de Segovia.
También destacaré el arbolito que tenían sembrado en medio de la plaza, capaces son de apostar a ver quién sube a por la bandera. En realidad es un Mayo, y la gracia consiste en colocarlo a mano. Hay vídeos en youtube.
Continué por diferentes localidades de la misma densidad de población, mientras trataba de dirigirme hacia las Hoces del Duratón. Antes pasaría por Urueñas
Continué por diferentes localidades de la misma densidad de población, mientras trataba de dirigirme hacia las Hoces del Duratón. Antes pasaría por Urueñas
Con esta bonita, aunque llena de basura entrada. Una pena teniendo presente lo bonito de la espadaña de esa iglesia.
Si no lo sabéis, yo os lo comento, para llegar a las Hoces del Duratón, que dan la espectacularidad y la Ermita de San Frutos que le da el toque cultural al lugar, hay que hacer unos tres o cuatro kilómetros de pista, o camino de tierra. Al principio está bastante bien, pero cuanto más se avanza, en peor estado se encuentra, con agujeros considerables y bastantes ondulaciones, o bandas sonoras que crean los neumáticos de los coches. Era mi primera incursión con esta moto por fuera de lo negro, por lo que la ida, se me hizo eterna por el miedo más que otra cosa. Llevaba la misma precaución que si condujera aún la cbf.
Tras el camino de llegada, hay acondicionado un aparcamiento, desde el cual, aún queda otro buen paseo hasta la ermita. En esta zona, el río se ha encajado en un profundo cañón que, en algunos lugares, alcanza más de 100 metros de desnivel. El embalse de Burgomillodo permite que más o menos, durante todo el año, el cañón albergue un cierto nivel de agua, por lo que no existe la posibilidad de encontrarlo seco.
Del color de estas aguas, mejor no hablamos.
Al interés y belleza del paisaje hay que añadir la gran riqueza arqueológica e histórica que encierra en su interior esta garganta. Además de la visita cultural, cabe destacar que si amas, u odias los pájaros, en los altos farallones rocosos anidan parejas de buitres leonados, acompañadas de un buen número de alimoches, águilas reales y halcones peregrinos. Existe un punto, a medio camino, que aprovechando las corrientes ascendentes, pasan planeando muy, pero que muy cerca de tu cabeza.
Cuenta la leyenda que San Frutos nació en Segovia, a mediados del siglo VII, en una familia acomodada. Muy joven y de acuerdo con sus hermanos Engracia y Valentín, repartieron sus bienes a los pobres y se retiraron a este lugar para dedicarse a la vida contemplativa.
San Frutos murió a los 73 años, fue enterrado por sus hermanos en la misma ermita donde había vivido y ellos se marcharon a Caballar, donde los moros les martirizaron.
San Frutos murió a los 73 años, fue enterrado por sus hermanos en la misma ermita donde había vivido y ellos se marcharon a Caballar, donde los moros les martirizaron.
Al complejo religioso se accede a través de un pequeño puente de piedra, construido en 1757, que salva una grieta, la cuchillada que, según la tradición fue abierta por San Frutos con su bastón para detener a los sarracenos y proteger a los vecinos de Sepúlveda que pedían ayuda, siendo así que la grieta define el terreno "sagrado" que los infieles no debían pisar.
A la entrada del complejo hay una cruz de hierro sobre un pedestal de piedra en el que figuran las siete llaves de Sepúlveda. Esta cruz fue levantada en el año 1900 para conmemorar la gran peregrinación que se realizó ese año. En esta comarca, el número siete tiene especial relevancia siendo una constante en la zona: los siete milagros de San frutos, las siete puertas de Sepúlveda, la cueva de los Siete Altares, etc.
En torno al ábside o cabecera de la iglesia se conservan varias tumbas antropomorfas (talladas en la roca con la cabecera marcada), que una vez realizado el enterramiento fueron cubiertas con lajas de piedra y tierra. Estas tienen la cabecera orientada al oeste, de forma que la mirada del inhumado se dirige hacia la salida del sol.
Igual las principales están ya en desuso, pero, justo enfrente, pisoteadas por algunos animales bípedos, me encuentro con mezcla de estupor, sorpresa y pena, por la falta de respeto, lo que espero no sean restos humanos.
Continúo hacia el interior. Con un poquito de relleno del cartel informativo:
En el año 1.076, el rey Alfonso hacía donación de este Priorato al monasterio de Santo Domingo de Silos. Su abad Fortunio, Regente de San Sebastián de Silos, ordenaba la construcción de la iglesia en honor del Confesor San Frutos, que fue levantada por el Maestro Michel y dedicada al santo por D. Bernardo, arzobispo de Toledo en el año 1.100.
El Priorato estuvo habitado por los monjes de Silos hasta la desamortización de 1.835 a partir del cual, quedó desierto.
Tan conocido como el milagro de "La Cuchillada" es el de "la mujer despeñada". La leyenda cuenta que en 1225 un marido celoso empujó a su mujer, en la creencia que esta le engañaba, al precipicio. La mujer fue salvada de la muerte por San Frutos, ya que era inocente, y en agradecimiento donó todos sus bienes al priorato. En uno de los muros del templo se puede leer la siguiente inscripción: «Aquí yace sepultada una muger de su marido despeñada y no morió i hizo a esta casa lymosna de sus bienes.»
Estuve enfrente de esa piedra tallada con la inscripción, pero no la tomé en consideración y no le hice foto. Está justo enfrente de este arco.
Parece que ya es hora de irse.
Aunque no será en canoa, más no hubiera estado mal.
Otro cantar fue la vuelta, ya con cierta confianza en mis aptitudes fuera de asfalto, le dí un poquito más al gas y a la sonrisa tonta. Cualquier moto puede meterse por cualquier sitio, todos los días lo vemos en feibur, pero la diferencia está en el como. Tampoco hice mucho el flipado, no penséis lo contrario, que no me apetece aporracearme por gilipollas.
De vuelta al asfalto, salí a Cantalejo, famosa en la actualidad por albergar el sustituto o lo que hagan ahora de Pingüinos, y por carreteras más anchas, llegaría a Turégano, donde me vuelvo a entretener dando un rodeo por las afueras de su antiguo castillo.
Lo malo de las tiradas largas, es que apenas queda tiempo para las visitas, y el poco que tenía lo gasté en San Frutos, por lo que no me detengo mucho. Quedará para otra ocasión.
Eso sí, al menos decir que tiene raíces celtíberas y aún conserva las torres del castrum romano sobre el que se construyó. En el interior del recinto amurallado se levantó un granero que, posteriormente, se convirtió en la iglesia románica de San Miguel, y el propio castillo.
A continuación otra rápida en su preciosa plaza, con el castillo al fondo.
Cada día tengo mas claro, que en cualquier ruta que te marques por aquí, encontrarás infinidad de lugares como este. De la mayoría de los sitios que he encontrado, no tenía ni idea, de hecho, sólo llevaba preparada la visita a las hoces del Duratón, el resto ha sido lo que ha salido al encuentro.
Del camino de regreso, apenas quedaron paradas, llegada a Segovia, desde aquí, N-110 dirección Ávila. Me desvié como suelo hacer por el puerto de la Cruz de Hierro donde me encontré esta caballada
Aún me quedaban las infinitas curvas de antes y después de Cebreros, San Martín de Valdeiglesias, y de nuevo nacional hasta Toledo y hogar dulce hogar.
Un fin de semana completo, con muchísima carretera, buenos amigos, buena comida y bonitos lugares.
Sólo espero que si has llegado hasta aquí, y además lo has leído, te haya entretenido un rato. Te pediría, tanto si te ha gustado, como sino, que me digas el porqué, si muy larga, muy corta, aburrida, cuento mucho para lo poco vivido, lo contrario, etc. Muchas Gracias.
V'sss
Un fin de semana completo, con muchísima carretera, buenos amigos, buena comida y bonitos lugares.
Sólo espero que si has llegado hasta aquí, y además lo has leído, te haya entretenido un rato. Te pediría, tanto si te ha gustado, como sino, que me digas el porqué, si muy larga, muy corta, aburrida, cuento mucho para lo poco vivido, lo contrario, etc. Muchas Gracias.
V'sss
Fabulosa crónica como de costumbre. Como en esta ocasión te acompañe en algunos de los lugares, pues me ha gustado recordarlo. Solo un apunte: el ferrocarril ya no circula por ese viaducto. Saludos.
ResponderEliminarGracias por el apunte Pedro. Me alegro que te guste.
EliminarUn saludo!
Un relato majestuoso!!! Que sigas disfrutando de tus aventuaras y nos hagas participes de ellas. Un abrazo amigo!!!
ResponderEliminarGracias Carlos, lo intentaré en la medida que se pueda.
EliminarUn abrazo, tiaco!
Una ruta bien guapa!!! Gracias por contarla...vsssssssssss
ResponderEliminarGracias Aurelio por pasarte, y por el comentario, por supuesto.
EliminarVsss
Hola. Buena crónica, pero para mi gusto, demasiado larga (percibo que, como a mi, nos gusta "plumear largo"). Noto a faltar un mapa ubicando el recorrido y al leer me he saltado las descripciones arquitectónicas, creo que hubiera bastado con un simple apunte o con un "para saber más" al final. Pero me ha gustado leerlo mientras me tomaba el café de las 10 y aprecio el trabajo, pues veo que ha estado elaborado y pensado. Por otra parte, has conseguido atraer mi atención por esa zona ahora que estoy pensando donde ir el puente de marzo. Saludos.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por los apuntes, tomo nota, e intentaré aplicarlos en la próxima. Todo sea por mejorar.
EliminarLa zona no defrauda, espero que lo disfrutes si decides acercarte por allí. Te leeré la crónica, que seguro haces.
Gracias por pasarte. Un saludo.
"Ayer" estuvimos por el cañón, "mañana" rutearemos por la zona..... buenos recuerdos.
ResponderEliminarSaludos
lo sé. Ando esperando el "mañana".
EliminarUn saludo!
Como siempre, maes quiero agradecerte la gran currada que te has dado. Precisamente lo que diferencia tu blog de cualquier blog motero "normal" es las descripciones paisajísticas e históricas de los lugares que visitas. Haces muy bien de cicerone mostrándonos a quienes tenemos curiosidad por todo. A mí personalmente se me hacen hasta cortas tus entradas, porque me parece recorrerlas mientras las leo.
ResponderEliminarDos preguntitas, la primera, ¿Cómo puedo llegar al cañon de Riaza? Por Milagros paso todos los años cuando subo a Asturias, pero claro, voy por autovía, con mi mujer que lleva la lata con todos los trastos y yo en la moto.
Y la segunda pregunta, ¿Cómo te documentas para hacer esas rutas por sitios menos frecuentados por el turismo dominguero? Porque no me creo que lo improvises todo, jeje. No tienes por qué contestarme, pero me interesa.
Bueno, mi respuesta sí que es larga, Un abrazote, paisano que desde que te leo parece que te conozco de siempre. Me gustaría coincidir contigo, para hacer una rutilla por nuestra tierra. Saludos desde el corazón de la Mancha.
V´sssssssssssssssss
Lo primero es agradecerte el comentario y tu opinión, muchísimas gracias. También tomo nota de tus observaciones.
EliminarTe intento responder. Al cañón de Riaza se accede desde la SG-945 que une Maderuelo con Sta. Cruz de la Salceda, mas o menos en (41°32'40.6"N 3°33'27.7"W o 41.544625, -3.557684) te copio las coordenadas en vez de un link al gmaps que a veces me da error.
Precisamente para "documentarme" utilizo las fotos del gmaps como fuente de inicio. En la parte de abajo de esta herramienta se pueden desplegar las fotos de la zona por la que te mueves con el ratón. Yo hago una línea recta entre origen y destino y elijo lo más próximo a ella, sean las carreteras como sean. Casi siempre sale algo en los alrededores, es cuestión de mirar bien. En esta por ejemplo, son 4 cosas de una ruta de 1.000km, y solo llevaba planeado San Frutos, tampoco es tanto, ¿verdad?
Cuando quieras preparamos ruta, precisamente me suelo quejar de que últimamente salgo solo. Es cuestión de cuadrar agendas.
Muchas gracias por tu respuesta. Tengo pendiente esa hoz. Te tomo la palabra de hacer una salida, lo que no sé es cómo podemos contactar ¿?
ResponderEliminarUtilizando la ventana de contacto jajaja ;)
EliminarAunque ahora que caigo, no se si se verá desde el móvil. Como siempre miro esto desde el pc...
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