Yacimiento de Jamila

Cercano a uno de los pueblos más bonitos de España, sepulcro del insigne Francisco de Quevedo; Villanueva de los Infantes, podemos visitar el yacimiento arqueológico de Jamila.
Históricamente nos encontramos ante uno de los núcleos de repoblación que la Orden Militar de Santiago intentó establecer en la comarca del Campo de Montiel tras la batalla de las Navas de Tolosa.

El lugar no sería de nueva elección, sino que se asentaría en lo que pudo ser una «mansio» en época romana, y sobre la cual hacia 1220, el concejo de Alcaraz fundó la aldea de Jamila.
Se cree que esta aldea entró en declive unas décadas después de su implantación, debido a las constantes crecidas del cercano río Jabalón, trasladándose su población una legua al norte. Lo que hoy es Villanueva de los Infantes.

Es a finales de los 90 del siglo pasado cuando se intervino en el yacimiento sacando a la luz los restos del edificio más importante de esta aldea, hoy visitables. Sin duda lo más espectacular para la visita es la hilera de pilares cilíndricos que servían de sustento al techo de la estancia principal del complejo.

El lugar posee unas bonitas vistas de la comarca, y se pueden divisar diversos enclaves cercanos.

Para identificarlos, han instalado a ambos lados del yacimiento unos muros con unas cuantas mirillas en su parte superior, algo toscas, pero muy útiles, apuntando a dichos enclaves. Muy original.

Igualmente, de noche, bajo el cielo estrellado debe resultar un enclave muy romántico. Bien lo debe saber una -o varias- parejas de cerdos; y no los llamo así por lo que hagan, sino por como dejan el enclave tras la estancia.

A unos cientos de metros se encuentra la ermita de Ntra. Sra. de la Antigua, patrona de Villanueva de los Infantes, cuya talla románica del siglo XIII originariamente se llamó -curiosamente- de Jamila.

Esta dirección es la que deberemos seguir para llegar al yacimiento. A la salida de Villanueva de los Infantes por la CR-632 dirección Almedina queda indicado a la derecha por un camino asfaltado. Tras unos 4 kilómetros, unos metros antes de llegar al santuario, un cartel nos invita a meternos en un camino de tierra a la izquierda, que nos conducirá sin pérdida al lugar.

Que disfrutéis con la visita.