Qué es lo que llevo.

Ahora mismo tengo dos motos, si si, como suena, en tiempos de crisis y con dos motos!!, hay quién dice que una y media, pero yo creo que son dos.

Mas concretamente una Yamaha YBR125 del 2008 comprada nueva, y una Honda CBF600SA del 2008 comprada de segunda mano en el 2009 con apenas 1.000 Km.

Todo empezó una noche de primavera... a no!!, que esto es otra cosa... Desde siempre me habían gustado las motos, pero nunca tuve la oportunidad de tener una. Navegando por internet descubrí que había una Yamaha de 125 que apenas costaba 2.000€ nueva. Pero si no hace tanto una 49 costaba sobre 3.000, ¿que ha pasado aquí? y encima la puedo llevar sin carnet. Pensé

La idea de comprarme una moto convalidada para ir a trabajar comenzó a crecer en mi cabeza, y a qué velocidad. La YBR resultaba económica, fiable, bonita, perooo, joder que ruedas mas finas tenía la jodía... Buscando opiniones de usuarios sobre esta moto, me doy de bruces con el club YBR. Estudiándome Ojeando un poco su página, descubro que ¡con una motillo como esa, se han pingao en Valdepeñas!, ¡¡y desde todas partes de España!!, ¡¡¡y no se rompen!!!... pues ya está, yo me compro una.

Pues aquí está, en la estepa manchega

Como no hace falta que me toquen mucho las palmas, leyendo las rutas y aventuras que hace la gente del club con estas monturas, empiezo a salir con ella -sí, me da envidia-, primero rutitas cortas, después pues pasa lo que pasa, vas aumentando la tirada, hasta que llega un momento en el que dices, necesito algo mayor. No por la capacidad de mi motillo, sino por la cantidad de degeneraos -lo voy a decir así, finamente- que hay sueltos por las carreteras (he de decir que con la YBR en condiciones favorables, puedes ir a 100 Km/h, sino puede incluso no superar los 70 Km/h) y necesitas algo que te permita, como mínimo ir al paso de los coches.



Gracias a la YBR, sé disfrutar de la moto sin tener que ir a 180-200 a todos lados, además de un detalle que poca gente cae en la cuenta, me puedo permitir pasar a to puño delante de un radar en autovía, sin preocuparme. jajajaja.



Así, ya con el A en la cartera, y echándole una mano a buscar a un compañero de trabajo que quería comprarse una (no puede ser uno bueno), buscando motos de 2ª mano, conozco a Inesperada.


¡Esta tiene nombre!, no soy muy dado a ponerle nombres a las cosas, de hecho, no sabía que la gente hacía eso, pero mira tú, otra herencia del club YBR, la gente llama a sus motos con un nombre. A la YBR, no la he bautizado, la llamo "la motillo", no se si eso es un nombre propiamente dicho, pero así la diferencio en casa. A la otra, si le puse uno, Inesperada, ¿por qué? porque encontré uno. ¿por qué ese? pues por la forma en la que llegó. No tenía intención de comprarme una moto hasta haber cumplido los 2 años de limitación, y mucho menos una de carretera, yo quería algo que me permitiera hacer algo de pista, es más, estaba ahorrando para una Transalp. Peeeero... será cosa del destino ;p


Con Inesperada salgo a carretera los fines de semana, casi todos, y a la motillo, la he relegado a su cometido inicial, llevarme a trabajar y alguna escapadita de pocos kilómetros para quitarme el estrés al salir de éste.



¿Por qué no la vendes? me preguntan algunos conocidos, si ya tienes otra mayor, pues muy fácil, porque gracias a ella, puedo permitirme la grande, con 10€ apaño el mes en gasolina, y con ciento y pocos € de seguro, paso el año, eso sin contar, la agilidad para el tráfico urbano, y el tiempo que me ahorro en los trayectos; además del ahorro de kilómetros callejeados que le metería tanto al coche como a la otra moto, eso escrito desde el punto de vista del desgaste de piezas y del consumo.


Y aquí corto ya el rollo. Bastante tostón os habéis metido si habéis llegado hasta aquí. Ya empezaré a poner algunas rutillas, tanto recién recorridas como algunas otras recorridas en moto hace más tiempo.

V'sss

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