La Selva de Irati en Otoño
Este año, por diferentes motivos, aún no había perpetrado mi escapada anual en solitario de unos pocos días. Y por otros diversos motivos, me he encontrado con días de vacaciones fuera de hora; por lo que no podía desaprovechar la oportunidad.
El destino se me ha presentado solo. Tengo una lista de ellos, pero un vídeo de Youtube ─no soy un gran consumidor de esta plataforma─ en el momento adecuado me pone el pin en el mapa. Me escaparé a la Selva de Irati, en Navarra, a primeros de Noviembre. Si me acompañas, conoceremos puertos del Pirineo Navarro; cruzaremos a Francia; nos embriagaremos con paisajes abiertos que quitan el hipo, así como imagenes coquetas y otoñales; pueblos bonitos; construcciones megalíticas y alguna sorpresita que nos deparará el viaje. ¿te vienes?
El destino se me ha presentado solo. Tengo una lista de ellos, pero un vídeo de Youtube ─no soy un gran consumidor de esta plataforma─ en el momento adecuado me pone el pin en el mapa. Me escaparé a la Selva de Irati, en Navarra, a primeros de Noviembre. Si me acompañas, conoceremos puertos del Pirineo Navarro; cruzaremos a Francia; nos embriagaremos con paisajes abiertos que quitan el hipo, así como imagenes coquetas y otoñales; pueblos bonitos; construcciones megalíticas y alguna sorpresita que nos deparará el viaje. ¿te vienes?
Así a botepronto, se me presentan diferentes desafíos: No me gusta conducir la moto de noche, y con el horario de invierno las horas de luz escasean. También se presenta la incertidumbre del clima; de momento hace calor, pero en otoño, la cosa puede cambiar de un día para otro.
En condiciones normales llegaría sin problema en un día. Apenas son 650 kilómetros parando a fotografiar y sin pisar autovía. Pero si no quiero llegar sin luz natural a Ochagavía, donde sí que hago una reserva ─la zona se llena por estas fechas─, deberé hacer noche a medio camino, donde caiga. Lo mismo para la vuelta, por lo que van a salir 4 días mas 1 para merodear por allí.
En condiciones normales llegaría sin problema en un día. Apenas son 650 kilómetros parando a fotografiar y sin pisar autovía. Pero si no quiero llegar sin luz natural a Ochagavía, donde sí que hago una reserva ─la zona se llena por estas fechas─, deberé hacer noche a medio camino, donde caiga. Lo mismo para la vuelta, por lo que van a salir 4 días mas 1 para merodear por allí.
Apenas a una semana de comenzar el viaje, la previsión da agua y frío justo el día que tengo pensado rondar por allí. ─Por un lado ¡ya era hora!, pero por otro, coño, podía haber esperado unos días más si lleva haciendo calor 6 meses seguidos─. Por supuesto que el viaje ni se cancela, pospone o vaya usted a saber. Tengo que reconocer que me hago algo de caquita, y decido alterar el plan original. Tiraré lo máximo posible ─siguiendo la ruta que tengo pensada, sin autovías─ sin visitar nada nuevo e intentar acercarme lo máximo que pueda para aprovechar el segundo día en ver algo de la zona y hacer algunas fotillos, por si se pone la cosa seria.
Arranco el día 1 de Noviembre camino a Navarra. Salgo relativamente temprano, sobre las 8:00 que ya ha amanecido, por la ruta de siempre; dirección Puerto Lápice y Alcázar. Paro a desayunar en el mesón Estefanía de Villamayor de Santiago.
Prosigo con la misma carretera que llevo, la CM-310 hasta Priego, puerta de entrada a la Serranía de Cuenca por las Hoces de Priego. Esta zona es parte de la ruta del Mimbre, recomendable en estos meses de invierno, cuando la planta del mimbre se torna rojiza.
En Cañamares, ─qué buenos a la romana ;) ─, cojo la CM-210 que me llevará, atravesando un arco de piedra; la hoz de Beteta; la mina romana de Cueva del Hierro; a curzar el Alto Tajo y enlazar con las alturas de la Tierra de Molina, hasta llegar a su capital Molina de Aragón.
Es aquí donde aprovecho para repostar y picar algo.
Prosigo con la misma carretera que llevo, la CM-310 hasta Priego, puerta de entrada a la Serranía de Cuenca por las Hoces de Priego. Esta zona es parte de la ruta del Mimbre, recomendable en estos meses de invierno, cuando la planta del mimbre se torna rojiza.
En Cañamares, ─qué buenos a la romana ;) ─, cojo la CM-210 que me llevará, atravesando un arco de piedra; la hoz de Beteta; la mina romana de Cueva del Hierro; a curzar el Alto Tajo y enlazar con las alturas de la Tierra de Molina, hasta llegar a su capital Molina de Aragón.
Es aquí donde aprovecho para repostar y picar algo.
Dejo atrás Molina por la misma CM-210 que traía, pero no aguanto más y me decido a invertir un poco de tiempo en explorar nuevos lugares. En Rueda de la Sierra giro a la izquierda. Me encuentro con la recién asfaltada GU-425 que une esta población con Tartanedo. Guárdate un «no hay de qué» para cuando te pases a verla... me darás las gracias.
En Tartanedo me sucede, de nuevo, una cosa muy curiosa. Me tengo que parar un rato para dejar pasar y respetar una procesión. En esta ocasión, al tratarse del día de todos los santos, van camino del cementerio. A tenor del tamaño del pueblo y el número de asistentes al evento, debe ser fiesta mayor en la localidad.
En el primer cruce que encuentro, giro a la derecha para no separarme mucho de la ruta prevista. Además es la recién asfaltada, y como sea como la que acabo de dejar... Lleva a Milmarcos, quizá influenciado por la actualidad del nombre en mi memoria por un concurso de la tv autonómica. Me cruzo con la Ermita románica de Sta. Catalina y me detengo a disfrutar un poco de la quietud del lugar y sacar la cámara.
En Tartanedo me sucede, de nuevo, una cosa muy curiosa. Me tengo que parar un rato para dejar pasar y respetar una procesión. En esta ocasión, al tratarse del día de todos los santos, van camino del cementerio. A tenor del tamaño del pueblo y el número de asistentes al evento, debe ser fiesta mayor en la localidad.
En el primer cruce que encuentro, giro a la derecha para no separarme mucho de la ruta prevista. Además es la recién asfaltada, y como sea como la que acabo de dejar... Lleva a Milmarcos, quizá influenciado por la actualidad del nombre en mi memoria por un concurso de la tv autonómica. Me cruzo con la Ermita románica de Sta. Catalina y me detengo a disfrutar un poco de la quietud del lugar y sacar la cámara.
Retomo la CM-210 que está en perfecto estado hasta el cambio de comunidad autónoma. La calidad del asfalto de la parte aragonesa deja bastante que desear. Decido girar a la izquierda en el primer cruce que veo, ─total, el asfalto no puede ir a peor─.
He tomado la A-2501 en Campillo de Aragón hacia Jaraba, pero no llegaré a esta población. El asfalto es pésimo, pero las vistas hacen que merezca la pena. ¡Lo que me está gustando esta zona!
Un poco antes, en el cruce, tomo rumbo NE hacia Ibdes y el embalse de la Tranquera.
Dado el nivel que tiene, empiezo a tomar conciencia del embalse a la altura de la Ermita de Nuestra Señora de San Daniel, donde paro a verla. Dejo la moto sin darme cuenta cerca de unos contenedores, y es tal la cantidad de moscas que hay, que no me recreo mucho y salgo de ahí pitando.
Dado el nivel que tiene, empiezo a tomar conciencia del embalse a la altura de la Ermita de Nuestra Señora de San Daniel, donde paro a verla. Dejo la moto sin darme cuenta cerca de unos contenedores, y es tal la cantidad de moscas que hay, que no me recreo mucho y salgo de ahí pitando.
Tengo que reconocer que ando algo desorientado. No sé exactamente por donde tirar y ante la duda, tomo la carretera hacia el lugar mas conocido. En realidad me da un poco igual, llevo el tomtom y puedo tirar de móvil, pero paso. Será la mini aventura del día.
Cerca de Nuévalos, paro en un apartadero, me como una fruta y busco alojamiento. Calculo que llego sin problemas con luz a Sádaba. Reservo, y ahora sí, marco el destino en el tomto. Ya se acaba lo divertido y me dejo guiar. Además pronto dejaré atrás el Sistema Ibérico y entraré en el Valle del Ebro, que me han dicho que no hay rectas. Suerte que no hace mucho viento.
Cerca de Nuévalos, paro en un apartadero, me como una fruta y busco alojamiento. Calculo que llego sin problemas con luz a Sádaba. Reservo, y ahora sí, marco el destino en el tomto. Ya se acaba lo divertido y me dejo guiar. Además pronto dejaré atrás el Sistema Ibérico y entraré en el Valle del Ebro, que me han dicho que no hay rectas. Suerte que no hace mucho viento.
Lo único a destacar antes de llegar a la hospedería es el rollo que tienen montado cerca de La Almunia de Doña Godina con la presa desechadada por grande que están haciendo ahí. Mularroya creo que se denomina. Espero que sepan lo que hacen. De momento, me afectó en que tienen cortada la N-IIa y el Tomto se empeñaba en que debía pasar por ahí.
Comprenderéis que me guste tan poco usar estos chismes, ya que unas semanas después, apenas soy capaz de volver a trazar en el mapa por donde fui exactamente.
Comprenderéis que me guste tan poco usar estos chismes, ya que unas semanas después, apenas soy capaz de volver a trazar en el mapa por donde fui exactamente.
El alojamiento elegido es, o fué, la Hospedería de Sádaba. A destacar, el fantástico trato que la joven pareja que lo regenta ofrece a sus clientes, ya que estuvo en todo momento pendiente de que no me faltase de nada, e incluso me permitieron guardar la moto a cubierto en unas dependencias anejas a la hospedería.
Pensaba comenzar la crónica del día 2 con un «hoy comienza lo bueno», pero sería mentira. Lo bueno empezó nada más girar la llave del contacto en mi garaje y engranar primera. Hoy comienzan los Pirineos, mas bien.
Dejo Sádaba a primera hora, aún con el sol bajo y una débil neblina, camino de Sos del Rey Católico. Este verano pasé unos días por la zona y de nuevo lo tengo frente a mí. Rememorando algún que otro bonito momento pasado continúo hacia Sangüesa. Me acerco por n-ésima vez a la villa romana y a contemplar tranquilamente la tenebrosa hoz de Lumbier, extremadamente estrecha y escarpada.
Dejo Sádaba a primera hora, aún con el sol bajo y una débil neblina, camino de Sos del Rey Católico. Este verano pasé unos días por la zona y de nuevo lo tengo frente a mí. Rememorando algún que otro bonito momento pasado continúo hacia Sangüesa. Me acerco por n-ésima vez a la villa romana y a contemplar tranquilamente la tenebrosa hoz de Lumbier, extremadamente estrecha y escarpada.
Continúo hacia Navascués mientras veo carteles que informan de que estoy en la ruta de las hoces. Hace algo de niebla pero entre la altura que voy ganando y lo escarpado que se está volviendo el panorama, será cosa de poco y pronto quedará atrás.
Detengo la moto en el aparcamiento de la otra hoz que visitaré hoy. Al ser día laborable lo tengo todo para mí solito. Se trata de la Foz de Arbaiún. Esta sí que es vertiginosa ─¡pero porque dá vertigo!─.
Siguiente parada: Burgui. Pese a haber pasado en otros de mis viajes por aquí, siempre es un gusto rodar por estas carreteras.
Además, me dirigo a conocer un nuevo puerto que no había visto antes y este es el camino. Dejo atrás Roncal, Urzaique e Isaba. Debo ser medio gilipollas o algo, porque en ninguno de estos tres pueblos he encontrado un bar abierto donde tomar mi segundo desayuno. O es temporada baja y cierran tras el festivo de ayer, o no sé que pasa.
Sigo camino hacia el puerto. Creo que no moriré de inanición este día. La tira de asfalto se va encañonando poco apoco en un paisaje que él solito se adjetiva. En mi mente solo resuena como un disco rallado la frase «esto es brutal».
Es cruzar el río Belagua y comenzar el verdadero ascenso, el que pica. El que da acceso a las curvas de herradura y deja al viajero con la boca abierta ante las vistas del valle que acaba de recorrer.
Más adelante se acaban los árboles y solo quedan los prados de hierba. Esa hierba esponjosa al pie y que sirve de alimento a caballos, vacas y ovejas de esas de cuerpo blanco y cabeza y extremidades negras. Por momentos es la carretera la que hace de línea fronteriza.
¿Un túnel? ¿estará detrás el final del puerto? Para nada, además, aparecen de nuevo los árboles, en esta ocasión abetos, plantas hechas a la nieve, que no temen al frío.
¿sabes que es un nudo de corbata? Es cuando la carretera hace un giro de 360º, girando sobre sí misma. ¡Aquí tienen uno! menuda sorpresa.
Joder como lo estoy flipando en este puerto. Hacía tiempo que no gozaba tanto. Me gusta todo lo que veo. Este Piedra de San Martín.
Hago un intento de foto y me vuelvo por donde he venido. Pararé en el refugio, que he visto que estaba abierto y tomaré algo. Con el día que llevo, seguro que acierto.
Descansado, sigo deshaciendo camino por donde subí hace unos minutos
Debo llegar hasta Isaba para hacer un giro a la derecha hacia Uztárroz para cambiar de valle. Dejo el mágico valle del Roncal para invertir el resto del día en el de Salazar
Voy acercándome a la famosa selva de Irati, con sus árboles caducos en pleno proceso de metamorfosis, y eso es nota. Poco a poco comienzan a aparecer zonas con extensos follaje rojizo en el suelo, emblema de esta zona natural.
Casi sin darme cuenta, llego al cruce con la carretera de Francia. Apunto la moto hacia el país vecino que habrá que conquistar por el Puerto de Larrau. Otro más que espero apuntar a mi particular lista.
Podría pensarse, dada la cercanía, que este puerto de Larrau y su vecino que acabo de descender, Larra-Belagua serían muy parecidos. Nada mas lejos de la realidad. Este que ando ascendiendo transcurre inmerso entre arboledas, con partes más abiertas, pero la impresión general es de discurrir a resguardo del follaje.
Tras el centro de esquí, o lo que sea eso, sí que el entorno cambia y la última parte si que se recorre más desprotegido y expuesto a la climatología.
Enseguida llego al altiplano que hace las veces de fin de puerto. Hay bastante gente para lo que es. El viento es super incómodo. Si no pongo cuidado es capaz de tirarme la moto. Además la carretera en sentido francia está cortada. humm... interesante. Un coche viene en dirección contraria...
Desciendo hasta Ochagavía y me acerco a tomar posesión de mis aposentos en el Hostal Orialde que me servirá de residencia en el próximo par de dias.
Hasta el momento el clima me ha respetado. Incluso favorecido. Esperemos a ver qué pasa mañana. La previsión no es halagueña, aunque ha mejorado (o empeorado, si queremos la necesitada lluvia) respecto a partes de días anteriores.
Me despierto con el sonido de la lluvia tocando mi ventana, pero cersará en lo que tardo en desayunar y preparar para salir. Llevo la ruta marcada en el gps y la seguiré hasta que la cosa se ponga chunga. Aunque tengo esperanza que me respete.
Con el suelo encharcado, pero sin lluvia arranco dirección sur hasta Ezcároz donde giro hacia Jaurrieta, Garayoa, etc. ─En realidad es continuar por la N-140 que hace el giro. Seguir dirección sur sería tomar la NA-178─ Mi primer destino debería ser la presa del embalse de Irabia, punto de acceso occidental del parque, o reserva, o como sea que es la protección de la Selva de Irati.
Con el suelo encharcado, pero sin lluvia arranco dirección sur hasta Ezcároz donde giro hacia Jaurrieta, Garayoa, etc. ─En realidad es continuar por la N-140 que hace el giro. Seguir dirección sur sería tomar la NA-178─ Mi primer destino debería ser la presa del embalse de Irabia, punto de acceso occidental del parque, o reserva, o como sea que es la protección de la Selva de Irati.
No llevo idea de hacer senderismo, simplemente rodar lo más despacio posible con la visera levantada disfrutando del entorno y retratando a la protagonista del evento. Esto mismo trato de explicarle a la muchacha del puesto de la entrada, pero sigue en sus trece de cobrarme 3 pavos por acceder y aparcar.
─Pero que no pienso aparcar, que solo es llegar y tocar por mí y por todos mis compañeros...
─Lo siento, pero no puede ser, debe pagar.
─Bueno, pues nada. Me voy por donde he venido. Que pases un buen día.
Como no me sale de los 00 el pagar esos 3€ me doy la vuelta y me piro al checkpoint 2. La antigua fábrica de armas de Orbaizeta que está un poco más arriba.
─Pero que no pienso aparcar, que solo es llegar y tocar por mí y por todos mis compañeros...
─Lo siento, pero no puede ser, debe pagar.
─Bueno, pues nada. Me voy por donde he venido. Que pases un buen día.
Como no me sale de los 00 el pagar esos 3€ me doy la vuelta y me piro al checkpoint 2. La antigua fábrica de armas de Orbaizeta que está un poco más arriba.
Por detrás de la iglesia sale un carreterín, o continúa mejor dicho, un carreterín super estrecho pero estupendamente asfaltado hacia Francia.
Hoy que está el día húmedo y gris, está en su punto justo de romanticismo.
Tras una rampa digna de un ataque de Contador en el tour, la vegetación se abre quedando la campiña verde y esponjosa que tanto estoy disfrutando.
No me descalzo porque hace frío y está lleno de mierdas. Que sino...
Justo en la línea fronteriza, la carretera llega a un cruce. Giro a la derecha y me acerco cresteando la montaña hasta la cueva de Arpea.
Mas concretamente hasta su pequeño aparcamiento, y gratis... La cueva se encuentra a unos centenares de metros por una senda senderista.
El viento es tan fuerte, y la temperatura ha bajado tanto que prefiero no acercarme andando. Con las capas impermeables de la ropa de moto puestas, tengo miedo de sudar y luego coger frío al rodar y enganchar un bonito resfriado, total, desde aquí se ve estupendamente.
Vuelvo por el mismo camino hasta el cruce para detenerme en el Cromlech de Orgambide. Sé que hay otro en las cercanías, pero me lo he debido dejar atrás. El «bueno» parece que es este. Y por lo que se ve, mágico, o higiénico...
Termino la visita fotográfica al cromlech y como es lógico, me vuelvo a la moto tranquilamente observando como se acerca, poco a poco, una manada de caballos bretones. El cabecilla, y más curioso, se acerca sin miramientos hacia mi posición. Yo me adelanto unos pasos alejandome un poco de la moto, por si acaso se revuelve y me la tira. El jaco se para frente a mí.
Ciertamente no sé como actuar. Le acerco una mano despacio para que se percate de ella y no se asuste. Le acaricio la frente un poco y en cuanto se mueve, la retiro. Repito la acción, pero ya no quiere caricias. Arranca el paso y se marcha. Su lugarteniente parece que va a repetir la escena, pero pasa orgulloso ante mí sin detenerse. A la espalda tengo otro más. Apenas logro sacar unas fotografías. No se donde atender.
Otro grupo más numeroso se acerca a las piedras del cromlech, donde se encuentra una pareja de viejitos franceses que no se mueven ni un milímetro.
Desconozco el tiempo, los siglos, milenios que llevarán esas piedras colocadas por el hombre en ese lugar, pero coño, que se están rascando los caballos con ellas. Uno el cuello y otro el culo... A ver si en vez de tanta parafernalia druída, va a ser un aliviadero equino...
Ya subiendo a la moto aparece un tractor gigante, no afloja ni un milimetro por hora y toma la curva como si fuese un WRC. El último de los Percherones, o Bretones -no soy experto caballista- se asusta, trastabilla y se lanza cuesta abajo con sus 500 o 600 kilos y melena al viento, al galope hacia la protección de la manada. Eso sí, si arrea hacia el lado contrario, que es donde yo estaba, me habían hecho una banda sonora allí mismo entre los dos.
Desciendo al lado francés. A los pocos metros, otra manada de caballos pastan en la cuneta. Ya no me paro, no vayan a relinchar en francés y la liemos, que yo solo sé decir croasán, café olé y wi brigadier.
Curiosamente, en la parte norte se abren claros y luce incluso el sol. Eso sí, el viento apreta de lo lindo, resultando bastante molesto en las calvas cimas.
Las carreteras por las que circulo son estrechísimas, apenas un hilo de asfalto por el que circular en una sola dirección y muy muy ratoneras.
Me dirijo hacia Larrau por las carreteras más cercanas a la frontera. Simplemente quiero hacer las carreteras más montañosas posibles. Otras ocasiones vendrán para turistear por alguno de sus pueblos. Mas o menos voy enlazando D301, D19 y D26.
Paro en las inmediaciones de un pequeño estanque cerca de un área recreativa en la D19. Esto debe ser la Irati francesa, de hecho, hace unos minutos pasé por el hotel Iraty, un plateau D'Iraty, y el camping se llama igual o del estilo.
Como suele pasar cuando viajas solo, la gente se acerca para saber de tí. Una pareja española se me acerca y se ofrece a hacerme unas fotillos.
Como suele pasar cuando viajas solo, la gente se acerca para saber de tí. Una pareja española se me acerca y se ofrece a hacerme unas fotillos.
Detrás, aguardan cola otra pareja francesa con un niño pequeño, que parece le flipan las motos. Mediante signos les doy permiso para que se suba el pequeño y lo retraten para el recuerdo.
Tal y como comentaba anteriormente, el puerto de Larrau estaba cortado en la cima, pero vi que un coche sí que subió en la misma dirección que llevo ahora. En la parte francesa no veo valla, cartel, ni nada que me lo indique. Veremos que me encuentro.
El puerto es muy bonito, con una carretera en perfecto estado y con unas vistas geniales. Obviamente cuanto mayor altura ganamos, más se incrementa el efecto.
Envuelto en niebla entro de nuevo en España. Por lo que he podido ver, debió de haber desprendimientos en algún momento y aún no habrán dado el visto bueno a la carretera. Pero no encontré problemas.
Entre Ochagavía y la cima del puerto, se encuentra Izalzu.
Y un pelín antes de Ochagavía, se encuentra la Ermita de Nuestra Señora de Muskilda, que ya que estoy, aprovecho a subir a verla.
Me la encuentro cerrada y según leo parece que queda aún un par de horas hasta que abran. Si es que la abren en Noviembre.
Me la encuentro cerrada y según leo parece que queda aún un par de horas hasta que abran. Si es que la abren en Noviembre.
Echo un vistazo por los alrededores, estirando las piernas y tomando una fruta. Bien conservado, pero medio escondido se puede ver un búnker, en desuso obviamente, de la época de la posguerra.
Bajo por fín al pueblo y como aún no llueve, me adentro por la carretera que accede al parque de la Selva de Irati por la parte Este. Pensaba llegar hasta la Ermita de las Nieves, pero a partir del refugio comienza a llover con fuerza, entro en zona de niebla espesa o nubes bajas y como no tengo claro que merezca la pena en estas circunstancias, y además me querrán cobrar, me doy la vuelta.
Aparco la moto en la puerta del hostal, apago el motor y la lluvia que había dejado atrás por unos momentos, comienza a caer en la población. Ya no parará.
Aparco la moto en la puerta del hostal, apago el motor y la lluvia que había dejado atrás por unos momentos, comienza a caer en la población. Ya no parará.
Amanece un nuevo día con el mismo repiqueteo de la lluvia en la ventana del día anterior. Dejo el valle de Salazar bajo la lluvia y con una temperatura de 3 grados. Por lo que parece, la zona a la que voy ─La Rioja─ tampoco anda mucho mejor. El plan era ver los tonos ocres con los que conforman el paisaje sus viñedos marchitos una vez donado su fruto. Además estaba en contacto con mi amigo Ionfi -la crónica es culpa suya- que compartiría algunos kilómetros conmigo. Pero puesto que ya voy calado de cintura para abajo y tampoco quiero obligar a nadie a rodar con este tiempo, decido variar el plan y tirar para abajo a lo mecagüen.
Me desplazo por nacionales hasta Soria y de ahí, autovía hasta casa. De la lluvia y frío, pasando por el viento racheado hasta algo de calor cruzado Madrid. Que de contrastes en unas horas.
Me desplazo por nacionales hasta Soria y de ahí, autovía hasta casa. De la lluvia y frío, pasando por el viento racheado hasta algo de calor cruzado Madrid. Que de contrastes en unas horas.
Ahora, mes y medio después y calentito en mi mesa, se me ocurre que podría haber aprovechado ese dia bajando por cualquier otro sitio que no tuviese mal tiempo. Pero ya es tarde.
Resumiendo para terminar la crónica: Después de 4 días. NO he visto la Selva de Irati oficial jajaja.
Y esto ha sido todo. Si has llegado hasta aquí, muchas gracias por leerme y espero que te haya gustado. Un saludo y hasta la próxima. V'sss
Resumiendo para terminar la crónica: Después de 4 días. NO he visto la Selva de Irati oficial jajaja.
Y esto ha sido todo. Si has llegado hasta aquí, muchas gracias por leerme y espero que te haya gustado. Un saludo y hasta la próxima. V'sss
Como siempre, perfecta la crónica Joaquin. Enhorabuena y a seguir alumbrándonos
ResponderEliminarMuy buen viaje, Joaquín, tengo ganas de repetirlo en moto, en lata ya lo he hecho por esos lares, pero con tu crónica descubro lugares nuevos. Te sigo desde hace varios años, cuando tenías la 125, luego la 600cbf y ahora la gordita. Me gusta mucho el enfoque de tus crónicas. He viajado mucho a través de sus lecturas Alguna vez te comenté que vivo cerca de Alcázar y que tengo una transalp con la que también hago escapadas parecidas cuando puedo. Una de mis rutas fué cerca de tu zona, la ruta de los castillos de las dos Calatravas, y el de Bolaños o doña Berenguela. Y lo bien que comí en el Isabelita, casi enfrente del castillo de Salvatierra. Mira que si coincidiésemos por ahí en algún viaje... ¡Sigue con tu blog! No lo dejes, merece mucho la pena. Saludos manchegos!!
ResponderEliminarMuchas gracias Antonio. Si con poco nos hemos cruzado por la carretera alguna vez. Sé que eres un fiel seguidor! Me atrevo incluso a recordar que el primer comentario fue a cuenta de la torre del Gorgojí cerca de Alcaraz. Pronto pasaré por tu zona, seguramente este año haga la Quijote Rider que organizan en La Torre de Juan Abad y la ruta discurre por tus dominios ;-) ;-)
EliminarMe alegro que lo pasases bien conociendo esos castillos. Quizá estaría bien hacer una entrada de ellos, aún que los días son cortos... me has dado una idea. Y ya de paso continúo con el blog. Me resisto a dejarlo, porque me gusta hacerlo, pero a veces cuesta evadirse de las estadísticas y se frustra uno. Otros formatos se han comido esto.
Muchas gracias por comentar y muchas más gracias por seguir ahí. ¡¡Saludos!!
Que alegría Joaquín, recibir tu respuesta y que recuerdes a este antiguo seguidor. La verdad es que la manera original de contar tus historias engancha. Te aconsejaría que no dejes el blog. Son bonitas experiencias que ahí quedan. Lo de las estadísticas es plano secundario. Lo importante es la satisfacción propia por hacerlo. Yo también tengo mi blog, que es minoritario, pero es que los blogs los sigue menos el público porque no tienen el dinamismo del vídeo, pero en cambio tienen una faceta literaria que no tienen los vídeos. A mí me da igual porque los que escribimos en el blog no pretendemos sacar un rendimiento económico.
ResponderEliminarMe apunto lo de La Torre de Juan Abad. Conozco mucho la zona del Campo de Montiel. Estaría encantado de poder charlar en persona contigo, artista. Saludos en uvesss!!